En La Guardia de Jaén encontramos un monumento único, dedicado a todos los esparteros, ubicado en la Plaza Vista Alegre. En su entorno sigue creciendo la materia prima del esparto.

El esparto se convirtió en un gran recurso económico por el que muchas familias vivían, llegando a ser, en la actualidad, una afición para muchas de ellas. La mayoría de los guardeños practicaban pleita para poder comer ya que no había trabajo. Se trataba de un trenzado de esparto en el que se teje un número impar de haces de esparto llamados ramales. Los vendían en otros pueblos, participaban en ferias, o los vendían a almacenistas que se encontraban en la ciudad de Jaén. Ya son pocos los del municipio los que siguen con la tradición del esparto.